El edificio toma la forma de la parcela conformando los espacios interiores de uso ordenados alineadamente a partir del distribuidor privado. Las zonas comunes y de circulación interior se cierran con las 2 fachadas principales.
Un volumen cúbico blanco, roto por el plano inclinado de la cubierta de la capilla, y una piel exterior de color formada por placas prefabricadas de hormigón ranuradas y por lamas de aluminio crean una piel continua, discreta e íntima, tan sólo modulada por la luz interior de las zonas de circulación, generando una imagen de permeabilidad y visibilidad controlada tanto desde el interior como del exterior.
La luz penetra, tamizada, al interior del edificio caracterizando la zona de espera de las salas velatorio.